lunes, 29 de noviembre de 2010

Cien barcelonistas se suman a la 'bienvenida' del Real Madrid

El autocar del conjunto merengue fue el blanco de objetos a la llegada al hotel de concentración


Radicales barcelonistas rompieron una luna del autocar a la entrada al hotel Juan Carlos I. El impacto lo provocó el lanzamiento de una litrona entre la lluvia de huevos y piedras que se produjo. Los defensas Arbeloa y Albiol resultaron ilesos a pesar de ser los más próximos al golpe.

Más de 2.000 seguidores recibieron ayer al Real Madrid en el aeropuerto de El Prat a las 20.00h entre banderas y cánticos mientras otros 3.000 aficionados esperaban impacientes su llegada al hotel. Sin embargo, la acogida más multitudinario que ha vivido el Madrid en tierras azulgranas no fue la noticia de la noche, sino que la sorpresa se produjo a la llegada al hotel de concentración cuando cien culés quisieron unirse al recibimiento.


Desde hace cinco temporadas, el Real Madrid programa un acto de firmas de dos de sus jugadores en las ciudades a las que viaja el equipo. Pero la rivalidad que siempre despierta el Clásico y sobretodo la difusión de los medios de comunicación del hotel escogido por Mourinho provocaron que esta vez el ambiente estuviera demasiado caldeado. Tanto es así, que ni la seguridad del centro ni los mossos d'esquadra habían previsto tales incidentes y se vieron desbordados por las miles de personas presentes.

Una treintena de Boixos Nois apareció con bengalas causando el caos en el lugar; recordemos que en estos actos suelen asistir familias con niños muy pequeños. Cinco furgones de la policía acudió de inmediato devolviendo la calma, aunque cabe mencionar que ya deberían haber estado allí.  Por su parte, los aficionados merengues ignoraron las improvisadas vallas e invadieron el jardín de la propiedad privada, que contaba con tan sólo cinco vigilantes. Incapaces de  controlar la situación, la seguridad del hotel se resignó y tanto merengues como culés esperaban el autocar del Madrid en dicho jardín.

La escena no tenía desperdicio: cien barcelonistas y 3.000 madridistas intentando averiguar por dónde entrarían los blancos. La incertidumbre provocaba carreras de un lado para otro, gritos, empujones... los cámaras no daban a basto.

Pasados los altercados con la entrada del autocar, los desafortunados barcelonistas no parecían haber consumido sus ganas de fastidiar y se colocaron frente a los madridistas que se aglomeraban en las paredes de cristal del edificio esperando ver alguno de sus ídolos. De esta manera y como si de un partido de tenis se tratase con los focos de las cámaras como espectadores, ambas aficiones se turnaban cánticos e insultos. Aunque los supuestos 'barcelonistas' presentes no deberían calificarse como afición, ya que no representan los verdaderos valores de los seguidores del FCBarcelona y no hacen más que manchar su nombre.

Supongo o, mejor dicho, espero que a siete horas para el gran Clásico tanto merengues como culés estén de acuerdo en una cosa: esto no es futbol.

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